In Poesía

CARACOLES

Sentado en mi banco
junto al tiritar de las olas que perfuman las piedras
levanto la mirada hacia infinitos horizontes,
la bahía desnuda ofrece sus tonalidades verdes con azules
montañas agrestes junto al mar Caribe,
una brisa sopla con caricias mis mejillas
nubes dispersas con aroma blanco,
varias Tijeretas surcan con hambre los cielos
la exuberante bahía de Ocoa sonríe grandeza con humildad.

Bocanadas de aire fresco con sentimiento de paz.
El Guayacán saluda repleto de nidos
un cantar de versos florece desde el insigne árbol,
vuelven y vuelven los pajarillos con palitos en sus picos
construyen con fervor desde la alegría.
Besé el momento desde los cánticos sinfónicos de los pájaros
música de esperanza florecida.
Junto al revoloteo de las aves
fusionadas con el viento caen las púrpuras flores del Guayacán,
el suelo poblado de sus aromas y melancolías.

Ya el tiempo se detiene
sin camisa palpo la felicidad
y la diosa del mar me abraza.
El instante se diluye en mis pupilas
gotas de eternidad frotan mis labios.
Caracoles te siento en cada punzada de Jejenes
te siento al descubrir tú Zahir insondable.

Share Tweet Pin It
Previous PostPROCÓNSUL IMPERIAL
Next PostLOBOS DEL CARIBE