En víspera de la fiesta de todos los santos y, fieles difuntos. En un frenesí de muecas con barbarie, un enjambre humano ensordecedor tomó la ciudad de Ovando. Interconectados, hordas arrebatadas por el shangrila de los tiempos, reaccionaron al llamado del "influencer" del vacío nacional de la época. Un clavo en la zona de 200 mil era el anzuelo. Poseídos. Vencidos por la ignorancia y, la real calamidad de la exclusión. Como una manada sin formación ni propósitos. Un ejercito de NI NI bajaban con ímpetu, para secuestrar la noche y mancillar los cielos de la ciudad del gran desarrollador.
Sexo de calle. Basura con …